L. Morales*.- A lo largo de estos meses hemos podido leer y escuchar algunas declaraciones de la Consejera de Educación, Lucía Figar, y de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sobre los “ajustes” que se están llevando a cabo en la comunidad. El discurso ha sido repetitivo y ha calado en la sociedad del mismo modo que lo hacen las canciones pegadizas. Sin embargo, muchas de sus declaraciones se vienen abajo desde el momento en el que uno trata de escarbar entre tanta información. He aquí algunas de sus omisiones:
1. En Andalucía la Junta ha ampliado el horario lectivo de los profesores a 21 horas y allí nadie se ha quejado porque gobiernan los socialistas.
En Andalucía los docentes tendrán los motivos que sean para quejarse, pero desde luego, no se quejarán por tener más horas lectivas. A pesar de la insistencia en ello, esta pasada semana ya se encargó de desmentirlo el Consejero de Educación de la Junta de Andalucía, llevando consigo al Parlamento los horarios de todos los centros de Enseñanza Secundaria. Todos cierran por regla general, como dice la ley, a 18 horas.
2. Estos “ajustes” en ningún momento influyen en la calidad de la enseñanza.
Desdobles que deberían hacerse en 1º y 2º de ESO, laboratorios cerrados porque no se conceden horas para hacer el desdoble, bibliotecas cerradas por falta de horas para guardia de biblioteca… Si cogemos un centro al azar, probablemente la semana pasada faltaban unos cuantos profesores que llevaban sin venir desde principio de curso (bien porque faltaban “regalos” de medios profesores por nombrar o porque no se cubrían bajas maternales o por operación). A día de hoy, todavía faltan por nombrar profesores que dan clase en 2º de Bachillerato y que deberían haber estado en sus puestos de trabajo el 1 de septiembre, pero el caos organizativo que han provocado las instrucciones de principio de curso está haciendo que la adjudicación de plazas se esté llevando a cabo con un retraso sin precedentes. Los profesores tienen 2 horas lectivas más, lo que supone para muchos un grupo más de clase, 30 exámenes más, 30 redacciones que corregir, 30 cuadernos que revisar, 30 dudas más que resolver, 30 problemáticas más que conocer, 30 familias más que atender. Además, en la mayoría de los centros se están rehaciendo estos días los horarios al completo, incluso todavía no están cerrados los grupos. Se intenta funcionar con la mitad de guardias que el curso pasado, con un 10% menos de profesores y teniendo más alumnos. Por mucho que se quiera maquillar, todo esto tiene que afectar a la calidad.
3. Los profesores se movilizan cuando se les quitan liberados sindicales o cuando no se contratan a los interinos que ellos desean.
Al profesorado le da igual cuántos liberados sindicales hay, la mayoría ni siquiera está sindicado. Los profesores interinos están viviendo una situación dramática, pero pocos profesores funcionarios de carrera irían a la huelga y perderían 100 euros al día sólo por defender a los interinos. Aún así, hay que destacar que casi todos los interinos que se están contratando ahora (unos 1000) son para hacer sustituciones cortas o están con medias jornadas o incluso tercios o cuartos de jornada. Otros 2000 pasaron directamente al paro.
4. Los profesores no se movilizan ni los sindicatos convocan huelgas cuando se recortó el sueldo de los funcionarios el año pasado ni por la calidad de la educación.
Falsas las dos cosas. Se convocan huelgas todos los años pidiendo una mayor inversión en educación y una mejora en la calidad. El curso pasado, además, se convocó otra jornada de huelga por la bajada de sueldos a los funcionarios. No fue secundada mayoritariamente precisamente porque el profesorado entendió a regañadientes la necesidad de la medida, aunque no le gustase en absoluto.
5. Es una huelga política.
Es una huelga contra una medida política, claro que sí. Si eres funcionario, tu “empresa” es el Estado o tu Comunidad, tu “empresario” es tu presidente y tus posibles huelgas son contra medidas políticas que se tomen. Obviamente, la protesta es por una decisión política, pero ni mucho menos tiene que ver con un partido u otro. Muchísimos profesores de ideología conservadora han secundado la huelga o llevado a cabo protestas. Que se sea de un partido no quiere decir que se tenga que acatar todo lo que el partido diga como si se fuera hincha de un equipo de fútbol. Un profesor que sea votante de derechas perfectamente puede ser crítico con una medida que sabe que perjudica a todas luces a la educación pública.
6. IU hace negocio con las camisetas verdes.
Basta ir a cualquiera de las manifestaciones y ver que las camisetas verdes que hay son de lo más variopintas. En muchos centros las han hecho ellos mismos, pidiendo la estampación a alguna empresa del pueblo. Si se hacen pocas, salen bastante más caras, pero muchos profesores querían, por ejemplo, que la camiseta llevase el nombre de su centro. Son muchas las empresas que están haciéndolas pero esto de las camisetas no es algo nuevo: en Vallecas ya vestían estas mismas camisetas con el mismo diseño desde hace cinco años y las llevaban a cualquier acto a favor de la educación pública. Parece que en este caso la acusación se debe a que dos miembros de las organizaciones vecinales y de padres que están vendiendo mayor número de camisetas estuvieron en las listas de IU y de ahí se extrapola que IU hace negocio. ¿Acusarán de fraude fiscal a los que vendían sin factura llaveros con la cara de Fraga o Cospedal en la puerta de la convención del PP en Málaga.
7. No hay profesores que no den materias que no controlen. Si algún profesor da una materia no afín a su especialidad, irá la inspección y se le caerá el pelo al instituto y a ese profesor.
¡Ni que un profesor quiera dar una asignatura que no sea la suya! Hasta este año, prácticamente todos los profesores que hubiesen sacado su plaza tenían su centro asignado para el curso siguiente a finales de julio. Este año unos 1400 funcionarios se han quedado sin centro y se han ido repartido (muchos de ellos en medias jornadas) a lo largo de septiembre por los distintos centros. De sobra son conocidos algunos casos que rozan la venganza contra ciertos profesores que han denunciado su situación. Muchísimos profesores conocen a compañeros en esa situación pero pocos se atreven a denunciarlo públicamente por temor a represalias.
8. Un absentismo el 10% del profesorado no es admisible.
Lo dice como si fuera un titular de este curso. Lo que no dice es de cuándo es ese porcentaje ni a qué tipo de absentismo corresponde. ¿Incluye a los profesores de baja que sí son sustituidos? ¿Y lo que tienen una baja avisada con semanas de antelación pero la administración no manda sustituto? ¿A los profesores que tienen que ir a vigilar Selectividad una semana o los que pasan las pruebas CDI? El absentismo del curso pasado fue el similar al de cualquier empresa de cierta envergadura.
9. No hay “recortes”.
No hay peor mentira que una media verdad. No hay recortes en la educación en general, sino sólo en la educación pública. Los 80 millones que recortarán por un lado serán los mismos que dejarán de recaudar con el nuevo sistema de desgravación. Sí, ese nuevo sistema es para todas las familias, no sólo para los que llevan a sus hijos a centros privados y concertados, pero curiosamente son tres los conceptos que entran dentro de la desgravación: enseñanza de idiomas, uniforme y gastos de escolaridad. En la pública, poco se van a desgravar de las dos últimas y los centros no suelen ofertar clases pagadas de idiomas fuera del horario escolar. Sin embargo, una familia con dos hijos y que tenga unos ingresos de menos de 120000 euros (cifra nada despreciable) ahora podrá desgravarse hasta 900 euros. Y la asociación de centros privados pide que se suba a 1500 euros, claro. Y que no se construyan nuevos colegios públicos cerca de aquellos privados donde sobren plazas.
10. Sólo se hace cumplir la ley, y la ley establece que pueden dar hasta 21 horas lectivas.
Esto no es mentira, pero la citada ley se ha de leer hasta el final. La ley dice que se darán 18 horas lectivas pero que, excepcionalmente, se puede llegar hasta 21 horas lectivas por necesidades del centro. La excepcionalidad en Madrid desaparece. Lo que también dice la ley es que por cada hora lectiva de más, se han de quitar dos horas complementaria (reuniones, guardias, atención a padres…). Así, siguiendo la ley de la que tanto habla, sólo los profesores no tutores a 20 horas lectivas podían hacer una guardia y el resto, ninguna, cuando el curso anterior casi todos los profesores tenían tres guardias. Eso hacía imposible el funcionamiento de un centro, ya que se pasa de tener tres o cuatro profesores de guardia por hora a tener uno o ninguno. En cuanto haya que vigilar dos aulas, el caos estaría asegurado y las consecuencias legales de cualquier tipo de altercado ocurrido en un aula sin profesor correrían a cuenta de la administración. Como no querían que eso ocurriese, mediante instrucciones verbales obligaron a los directores a que no compensen, como dice la ley, con dos horas complementarias sino sólo con una. Los directores piden dichas instrucciones (contrarias a la ley) por escrito, pero se niegan a darlas. Varias son ya las sentencias ganadas en este sentido por parte de profesores que recurren su horario, pero la administración sabe que aunque se ganen todas esas sentencias, la resolución no saldrá antes de que acabe el curso.
Ni los directores ni los inspectores se atreven seguir las instrucciones verbales y firmar unos horarios que saben que son ilegales, ya que saben que estarían cometiendo prevaricación, así de claro.
*Lola Morales es profesora en un instituto público de Secundaria y Bachillerato de la Comunidad de Madrid.
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