miércoles, 18 de abril de 2012

No soy tonto

Que me suban el IRPF, la luz, el gas, el IBI, las tasas aeroportuarias, la edad de jubilación, las horas de trabajo, el IVA (al tiempo) y un sinfín de etcéteras, no me preocupa. Lo tenía asumido. Para eso los votaron los españoles.

Que me bajen el sueldo, la pensión, las vacaciones y acaben con casi todos mis derechos, no me preocupa. Ya contaba con ello.

Que descabecen a la cúpula policial que investigaba casos de corrupción, que se quiten de en medio a un juez molesto y que indulten a banqueros y políticos corrompidos, es normal, me lo esperaba.

Pero que un ministro diga que subiendo al mismo tiempo la ratio de alumnos por aula en un 20% y el número de horas de docencia del profesor y que esto no implique la pérdida de calidad de la enseñanza, por ahí, ya no, señor ministro.

Como dice el anuncio: “yo no soy tonto” (aunque nos hagan parecerlo).

Eso sí, los dineros de la iglesia no se tocan. Son sagrados.

— Antonio Casero Martínez.

Publicado en EL PAÍS

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